Sol, aguas tranquilas y cristalinas, un sinfín de playas y pequeñas calas de ensueño para todos los gustos, naturaleza en estado puro, pueblecitos con encanto, acogedoras tabernas locales y restaurantes con interesantes interpretaciones de la cocina mediterránea a precios asequibles… y sorprendentemente sin masificaciones en pleno mes de agosto. Sí, parece imposible pero semejante paraíso …