Mis 5 días en Bali. 2º Parte: Gili Trawangan, Seminyak y Uluwatu

Después de quemar las etapas culturales del viaje toca relatar la parte más relajada en la cual visitamos la preciosa isla de Gili Trawangan y, aprovechando el traslado de vuelta, pasamos el último atardecer en Bali en la espectacular zona acantilada de Uluwatu. Además agotamos nuestras últimas horas en la isla de compras en las coquetas tiendas de Seminyak.

4º día en Bali. Gili Trawangan

Como os mencionaba, nuestra siguiente parada fue la isla Gili Trawangan, el broche de oro del viaje. Un transfer de la compañía de ferrys Gili Getaway nos recogió en la puerta del hotel a las 7.30h. Como sólo íbamos a pasar una noche allí, habíamos contactado previamente con el hotel de Seminyak para poder dejar nuestro equipaje allí y llevarnos únicamente lo necesario para esos días en una mochila. Os aconsejo que cuando necesitéis contactar con algún hotel o restaurante previamente llevéis a mano la contestación, no hay mucha comunicación entre los trabajadores y nadie parece recordar nada de tu email hasta que lo enseñas. Además, los nombres propios de personas en Bali no ayudan mucho a la identificación entre ellos porque como podréis comprobar casi todos se llaman igual ;).

Aprovechando la coyuntura os hago un inciso sobre el curioso origen de los nombres balineses: Los nombres dependen de la casta a la que pertenezcan, existiendo 4 diferentes. La casta de los Shudras, de la que forma parte el 90% de la población, estaba compuesta por campesinos y pescadores que actualmente se han introducido en el sector turístico como guías o trabajadores en hostelería. Esta casta se caracteriza por dar el nombre a sus hijos en función del orden de nacimiento. De esta forma, los primogénitos se llaman Dewa o Wayan , los segundos en nacer Made, los terceros Nyoman y los cuartos Ketut. Lo más sorprendente es que si hay un quinto hijo vuelve a empezar la rueda y lo llaman de nuevo Dewa o Wayan.  

Nuestro ferry salió más o menos puntual a las 9h y llegamos a la isla a las 11:15h. El desembarco es bastante curioso, saltas directamente a la playa por una escalera de madera mientras el barco varado se mueve de un lado a otro…

Una vez en la playa te encuentras con una callecita repleta de comercios y bares, mucho bullicio y una gran cantidad de carros tirados por burros ofreciéndote sus servicios para acercarte al hotel. En esta isla no hay motores, por lo que el método de transporte habitual es el burro o la bicicleta. Nosotras nos alojamos en un hotel increíble, muy cerca de la playa, a unos 10 minutos de la zona de desembarco, lo suficientemente lejos para no enterarnos del barullo de esa calle principal pero lo bastante cerca como para poder llegar caminando tranquilamente. En el mismo hotel nos prestaron bicicletas para poder recorrer la isla facilitándonos un mapa y mostrándonos las zonas más idóneas para el baño, ya que las playas de estas islas están repletas de coral por lo que no puedes entrar en cualquier lado sin cortarte y es difícil el acceso a las zonas mas profundas. Imprescindible, por supuesto, llevar escarpines y muy recomendables las gafas de buceo puesto que los fondos marinos valen la pena.

Después de pasar la mañana de relax en la playa, cogimos nuestras bicis y nos dispusimos a disfrutar de la mejor tarde del viaje. Por fin nos sentíamos de vacaciones. Todo el viaje fue una pasada, vimos un millón de cosas y disfrutamos de cada momento, pero la tarde en esa isla fue especial. Solo teníamos que preocuparnos de elegir el siguiente chiringuito donde tomarnos una cervecita, un cocktail, picar algo… y los chiringuitos son increíbles, se suceden uno al lado del otro con su propio columpio en el mar, a cada cual más bonito. Pasamos la tarde en esa zona de la isla de risas y buen rollo hasta que prácticamente cerraron y decidimos dejar las bicicletas allí bien candadas y volver en uno de sus típicos carros al hotel. No hay prácticamente luz en los caminos y estábamos demasiado lejos como para ir andando con las bicis en la mano. Además nos pareció buena idea volver por la mañana y hacer fotos con más luz.

 

5º Día en Bali. El Kabron

Teníamos pensado hacer una excursión para nadar con tortugas esa mañana, pero al final decidimos volver a por las bicicletas y disfrutar de la playa con tranquilidad. Ya tenemos algo pendiente para volver también a las islas Gili.. 😉 Por si os interesa esta actividad, en la misma calle principal encontraréis distintas compañías que ofrecen varias excursiones en barca en las que te van llevando por distintas islas. Si vais a contratar alguna preguntad en vuestro hotel, o en los puestos que estén más alejados del meollo que son donde ofrecen mejores precios..

Nuestro ferry de vuelta salía a las 13:30. El viaje de vuelta es más largo porque realiza paradas en otras islas para recoger pasajeros. En teoría llegábamos a las 16:30 pero debido al oleaje que había fue bastante más tarde. Lo cierto es que nos avisaron al hacer el check-in y nos insistieron para que nos tomáramos un par de biodraminas porque se esperaba mala mar, y no se equivocaron. El barco se movió bastante, daba impresión y eso que era de las embarcaciones más consistentes que vimos, no me quiero imaginar lo que serían los viajes de ese día en alguno de los otros barcos…

Una vez en el puerto de Serangan nos esperaba nuestro guía para llevarnos a nuestra última cena en la isla. El colofón final y capricho de despedida, que para mí es otro de los imprescindibles de la isla, el beach club el Kabron. Como os podéis imaginar por el nombre el dueño es español y la comida por supuesto, también. Puedes pensar que es una pena ir a cenar a un restaurante así la última noche en la isla, pero te aseguro que nunca he disfrutado tanto de unas patatas bravas. La vista es sencillamente espectacular, otro de los atardeceres inolvidables que ofrece Bali. Esta vez frente a la costa acantilada de Uluwatu. Como todo en la isla, las cosas un poco más exclusivas tienen precio más propio de Europa que de Indonesia, pero aún así la experiencia lo vale. El chapuzón en su piscina desbordante es uno de los mejores momentos del viaje y la cena española estaba exquisita. Cómo se echa de menos la comida mediterránea cuando llevas una semana a base de pollo con arroz y sus variantes…

Para cenar en el Kabron es necesario reservar con antelación, yo lo hice a través de su página web desde España. La entrada cuesta unos 38€ en los que se incluye acceso a la piscina donde te facilitan toallas para secarte, una copa de Champagne y 20€ de cena. Para lo bonito que es el sitio vale la pena. Además la comida está deliciosa, eso sí, los precios de los vinos me parecieron demasiado elevados. Suelen amenizar la cena con música en directo y algún espectáculo de baile. Una vez acabada la cena nuestro guía nos llevó de vuelta al hotel de Seminyak.

 

6º día en Bali. Seminyak-Singapur 

Nuestro vuelo a Singapur salía del aeropuerto de Denpasar a las 17:50. Como el día salió lluvioso dedicamos nuestra última mañana a hacer compras, ya que no habíamos tenido tiempo de comprar casi ningún detallito de recuerdo. Seminyak posee gran variedad de tiendas, sobre todo de ropa y decoración, no especialmente baratas pero con gusto. Si buscáis souvenirs a mejor precio podréis encontrarlos en el mercado que hay detrás de la calle principal o en alguno de los puestos ambulantes de las callecitas secundarias.

Para ir al aeropuerto contratamos el transfer del hotel, que nos cobró 24€ por llevarnos a las 5 en un coche amplio.

Con toda la pena del mundo cogimos nuestro vuelo de vuelta a Singapur donde dimos nuestra última vueltecilla por el barrio de Clark Quay disfrutando de una cerveza al aire libre escuchando música en directo al lado del rio como unas locales más.

 

 

 

¿Qué cambiaría de este viaje?

Una vez de vuelta a casa y haciendo repaso de todas nuestras experiencias allí os puedo decir que no cambiaría nada. Para mí ha salido todo perfecto. Es cierto que ha sido muy intenso y sería ideal poder pasar allí algún día más, pero como os he ido comentando espero volver en un futuro no muy lejano a completar mi lista de excusas para regresar a Bali 😉

¿A qué le hubiera dedicado más días?

Puestos a pedir pasaría una o dos noches más en las islas Gili para poder hacer la excursión de snorkel con tortugas y pulular por las otras islas. Añadiría otra noche en Seminyak ya que no nos dio tiempo a mucho. Con alguna noche extra más habría ido a alguno de los hotelazos en plena naturaleza de la región de Ubud, quizá aprovecharía también para ver alguno de los templos principales, como el Templo Madre, que no tuvimos tiempo de visitar. Y con una o dos noches más hubiera visitado alguno de los pueblecitos surferos, pues me quedé con las ganas de coger alguna olita balinesa, o al menos intentarlo 😉

También me quedó pendiente ir a cenar pescado fresco a la playa de Jimbaran y tomarnos algo en sus beach clubs de moda. Y, por supuesto, con más días iría al norte de la isla a visitar alguna de sus escondidas e impresionantes cascadas y hacer una ruta de senderismo por su zona volcánica.

 

Enlaces relacionados

 
Preparativos del viaje a Bali

Recorriendo Bali en 5 días

Mis 5 días en Bali. 1º Parte: Ubud y excursiones

Mis 5 días en Bali. 2º Parte: Gili Trawangan, Seminyak y Uluwatu

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